jueves, 3 de septiembre de 2009
Oda al humo.
Verde, rojo o azul,
gris a veces blanco,
eleva tus alas al cielo infinito,
pájaro ansioso que mi de aliento despegas,
loco, desbocado, furioso remontando la tierra.
Bandera de vida, escudo de muerte,
rompe silenciosamente el mundo con tu irregular figura,
tan suave, tan fina, tan libre...
vuela alto, muy alto camarada mio,
pues solo el viento implacable,
puede mitigar tu libertario espíritu.
Quisiera ser como tu,
escurridizo, pequeño ratón de campo,
para desintegrarme lentamente como el triste olvido,
sobre este universo de almas mutiladas.
humo grande, humo fino, al fin y al cabo,
y por siempre humo mio...
Pálido compañero, que lentamente partes de mi alma
cargando bajo tus delicados brazos
valijas plagadas de recuerdos,
ferrocarril viajero, socavas la tierra con tu blancas manos.
Parte si rumbo fijo...
solo como mapa tu corazón aventurero,
y como brújula aquel cisne que viaja hacia el sur,
besa las nubes por mi, golpea el viento con mi rostro
y hazle de mi parte el amor al sol...
Hasta pronto, amigo mio, hasta pronto!
un abrazo final de despedida,
que rompe en mil pedazos tu cintura, y un ramo de rosas y besos,
como entrega especial para aquella muñeca de plata,
sutil mensajero mio...
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Que chirringo parce oda al kenke. Parce muy chimba, nítido.
ResponderEliminarOe vasguisrrys no callo a Fabios Yiraldus.
ResponderEliminarQue pasó con la producción Changón, necesita acelerador de conciencia o q
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